Este año se cumple medio siglo del nacimiento de dos sellos clave para la edición española de la democracia —Anagrama y Tusquets—, y ninguno de ellos es ya independiente. El primero pertenece al grupo italiano Feltrinelli. El segundo, a Planeta. Ninguno, además, tiene ya al frente a sus fundadores: Jorge Herralde dio el relevo a Silvia Sesé; Beatriz de Moura, a Juan Cerezo. Independiente es, por cierto, una palabra fetiche que no pone de acuerdo a los editores. Para unos se trata de un concepto económico —publicar con tu propio dinero—; para otros, estético —con tu propio criterio—. Unos crearían lectores (es decir, clientes); los otros buscarían a los que ya existen.
La convivencia entre concentración y dispersión es tal que los grandes grupos terminan teniendo sitio incluso para crear marcas “independientes” en su propio seno. Lo hizo Penguin Random House fundando Caballo de Troya —el nombre lo dice todo— para tratar de descubrir nuevos autores y acaba de hacerlo Planeta refundando Temas de Hoy para —como reza su propio lema— descubrir nuevos lectores (o para llamar la atención de los descubiertos por indies como Blackie Books).
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Goliat en la librería
El País |
03/05/2019